El valor del peso mexicano ha experimentado un notable fortalecimiento frente al dólar estadounidense desde el otoño pasado, aumentando aproximadamente un 20%. En la actualidad, el tipo de cambio se sitúa en su punto más alto en unos siete años, con un valor de alrededor de 17.34 pesos por dólar, en contraste con los 20 pesos que se cotizaban en 2019.

Este fenómeno de revalorización del peso ha sido resultado de diversos factores que han influido en la economía mexicana en los últimos tiempos. Uno de los principales impulsores de esta apreciación ha sido la disparidad en las tasas de interés entre México y Estados Unidos. El banco central de México ha implementado una política más agresiva de aumentos en las tasas de interés en comparación con la Reserva Federal de Estados Unidos, generando una mayor diferencia en las tasas entre ambos países. Esta brecha ha hecho que los activos mexicanos se vuelvan más atractivos para los inversionistas internacionales en búsqueda de mayores rendimientos, lo que ha aumentado la demanda del peso mexicano.

Asimismo, la recuperación económica que ha experimentado México tras los impactos de la pandemia del COVID-19 ha contribuido al fortalecimiento del peso. El país ha experimentado un aumento en sus exportaciones y ha mantenido una balanza comercial favorable, lo que ha impulsado la confianza en la moneda nacional.

Otro factor que ha jugado un papel significativo en la revalorización del peso es la tendencia de "nearshoring". La tensa relación comercial entre Estados Unidos y China ha llevado a algunas empresas estadounidenses a buscar alternativas para ubicar sus operaciones de manufactura más cerca de su mercado principal. En este contexto, México ha surgido como una opción atractiva debido a su proximidad geográfica, fuerza laboral calificada y ventajas derivadas del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Esto ha impulsado un aumento considerable en la inversión extranjera directa en el país, lo que ha generado una mayor demanda del peso mexicano y ha contribuido a su fortalecimiento.

La estabilidad política relativa de México también ha sido un factor clave en el proceso de revalorización del peso. La confianza de los inversionistas internacionales en la economía mexicana se ha visto reforzada por un ambiente político que ha sido relativamente estable en comparación con otros países de la región.

Sin embargo, a pesar del notable fortalecimiento del peso, es importante señalar que aún no se considera un punto de inflexión para las exportaciones mexicanas. Gracias al T-MEC y la estrategia de "nearshoring", los productos mexicanos han mantenido su competitividad en el mercado internacional. No obstante, un peso más fuerte podría tener implicaciones en el futuro, ya que, si continúa apreciándose, podría afectar la competitividad de las exportaciones mexicanas al hacer que los productos sean más caros para los compradores extranjeros.

En cuanto al comportamiento del par de divisas, se han identificado dos fases de caídas fuertes, con una primera caída ocurrida a principios de 2020 desde 25.44 pesos mexicanos por dólar hasta 19.50, y una segunda caída desde 19.50 hasta los niveles actuales de alrededor de 17.07 pesos por dólar. Esta caída total representa una depreciación del peso mexicano de aproximadamente un 33% desde 2020.

En el corto plazo, se ha observado que el precio del peso no pudo romper el soporte diario de 16.70/16.66, lo que llevó a un impulso alcista con una subida constante de cuatro días consecutivos, resultando en un aumento aproximado del 4.1% en el par de divisas.

En la actualidad, el precio del peso se encuentra en búsqueda de romper la resistencia mensual en el rango de 17.43/17.46, que ha sido probada sin éxito durante las últimas cuatro semanas. Además, se encuentra enfrentando la parte inferior de un canal que actúa como otra resistencia. Superar estos obstáculos podría indicar un inicio de cambio de tendencia, algo que no se ha producido desde 2021.

Gráfico Diario